Según cuenta la leyenda, el Cacique Hunzahúa quien pretendía el amor de Noncetá, una de sus hermanas, decidió un día, con el fin de escapar de la vigilancia de su madre, llevar a su hermana a la provincia de los chipataes para comprar algodón. Allí la sedujo y al regresar, al notar la madre que el vientre y pechos de su hija crecían, montó en cólera y arremetió contra ella con la sana (palo para agitar la chicha), pero la muchacha se ocultó tras el recipiente en el que se preparaba el licor, y este, al ser golpeado se quebró, dejando derramar la chicha contenida en él formando un pozo que se convirtió en agua.
Cuentan que el pozo no tiene fondo, y que además, entre sus aguas hay pilares, sobre los cuales podría estar sosteniendo la ciudad de Tunja. También, que hubo un intento de secar la laguna, pero que al momento de empezar, la ciudad empezó a temblar, por lo cual se desistió del objetivo.
Esta Leyenda de origen colombiano, cuenta que fue Hunzahúa, uno de los pocos soberanos que impusieron su dominación sobre toda la nación chibcha. Era fuerte y luchador en las batallas. Pero la ruina de aquel hombre irresistible, no la acarreó ningún enemigo, sino sus desarregladas pasiones.
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