Del 27 al 29 de junio, este festival se convierte en una expresión profunda de identidad, memoria ancestral y riqueza cultural. A través de la gastronomía, la danza, la música y los saberes del campo, se rinde homenaje al maíz como símbolo de vida y unión entre generaciones. El intercambio de semillas, los encuentros artísticos y las actividades para niños y familias hacen de este evento un espacio de aprendizaje, celebración y orgullo colectivo. Un encuentro que trasciende fronteras y fortalece el alma de todo un territorio.
